"LA ISLA DE LOS MUERTOS" (DE ARNOLD BÖCKLIN)

*Antes de comenzar a leer la publicación sobre la "Isla de los Muertos", para sumergirnos en la atmósfera que envuelve a este misterioso lugar, podríamos escuchar la pieza musical creada por el compositor Serguéi V. Rajmáninov, que lleva por título el mismo nombre, "La Isla de los Muertos" (Poema Sinfónico Op. 29). Por ello os dejo el link para que podáis acceder a la pieza musical y escucharla mientras realizan la lectura de este artículo.

 ISLA DE LOS MUERTOS. POEMA SINFÓNICO OP. 29. Serguéi V. Rajmáninov
 

            "La Isla de los Muertos", es un óleo del que se dice es la obra maestra del pintor decimonónico Arnold Böcklin.

 

            Arnold Böcklin (16 octubre, 1827, Basilea. + 16 de enero de 1901, Fiesole), fue un pintor de nacionalidad suiza que perteneció al movimiento artístico Simbolista, corriente que influiría sobremanera en la corriente posterior del Surrealismo. Böckclin, se formó en Düsseldorf. 

Aunque en sus comienzos trabajó dentro del ámbito de la pintura paisajista alemana, rápidamente tomó contacto con el arte del Renacimiento a través de sus continuos periplos a lo largo de las principales ciudades europeas, conociendo así los detalles de la mitología y alegoría, algo que tendrá gran influencia en su pintura posterior. A pesar de ello, tenía gran influencia del Romanticismo, con ciertos paralelismos que lo acercan a la obra del pintor Friedrich. De esta manera en sus obras podemos encontrar personajes mitológicos, y un mundo fantástico y misterioso, en el que incluye construcciones de la arquitectura clásica y, donde deja ver una gran obsesión con la muerte o el tránsito al Más Allá.
            Hay que tener en cuenta, que en la época en que vivió Böcklin y en la que pintó estas obras, el fenómeno del espiritismo, esoterismo y el estudio de la actividad paranormal estaba en auge y extendiéndose, y se realizaban reuniones, a las que acudían una gran cantidad de personalidades y personajes públicos (como el escritor Arthur Conan Doyle, o el escapista Harry Houdini, entre otros), interesados en el mundo del misterio.

Autorretrato de Arnold Böcklin. En el óleo se puede ver al pintor con los
atributos propios de su profesión. Tras él un siniestro personaje (quizá la
mismísima Muerte), que parece susurrarle al oído alguna tétrica canción,
 mientras se acompaña con el violín, (instrumento musical éste, cuyo
sonido se le asocia con lo siniestro, lo lúgubre). Óleo de 1872.

 

            Su obra más conocida es "La Isla de los Muertos", obra en la que aparece una barca, que se desplaza a través de una gran extensión de agua, en la que viajan dos personajes, un remero (sentado en la parte central-trasera y que se identifica generalmente con Caronte, el barquero que cruzaba a los difuntos a través de la laguna Estigia, para llevar a llevarlos ante Hades, según la mitología clásica) y por último, aparece una figura blanca que se encuentra de pie (la cual parece ir ataviada de un sudario) y que se encuentra frente a su propio ataúd.

 

            Este tema se repite en las cinco versiones que realizó el pintor de esta obra, por lo que nos encontramos ante "una obra que se nos muestra como una serie", la cual pone de manifiesto la obsesión del autor por el tema de la muerte.

 

"La Isla de los Muertos". Nueva York, 1880. Primera Versión

"La Isla de los Muertos". Basilea, 1880. Segunda versión.

 

"La Isla de los Muertos". Berlín, 1883. Tercera Versión. Esta es la versión de la obra más conocida

 

            La cuarta versión de la obra, fue realizada, por encargo de Victor Benay, en 1884. Posteriormente fue adquirida por el barón Von Thyssen en 1926. Este lienzo se encontraba en Berlín al inicio de la II Guerra Mundial y se le pierde la pista al término del conflicto bélico. Se encuentra, en teoría, desaparecido, aunque se le da por "destruido", ya que desapareció con la entrada de las tropas rusas en Berlín. (Quien sabe, puede que algún día aparezca junto a muchos de "los tesoros aún escondidos", que reunieron los Nazis durante la existencia de esta organización, o dentro del botín de guerra del que se apoderaron las tropas rusas).

 

"Las Isla de los Muertos". Leipzig, 1886. Quinta versión.

 

            En esta serie cabe destacar la calma de la gran masa de agua que rodea el gran peñasco (duro y frío como las losas de los propios sepulcros) que conforma la isla y que se alza en el centro de la composición. A la gran masa pétrea, flanqueada por grandes murallas de roca natural se accede por una puerta (que aparece en la tercera, cuarto y quinta versión de la obra), la cual parece la mismísima entrada al inframundo; una entrada al no-retorno. En el interior de la isla encontramos excavadas en la roca algunas puertas similares a las existentes en las antiguas criptas. Otros elementos arquitectónicos blanquecinos y de gran sobriedad, aparecen sutilmente entre la arboleda y, nos recuerdan bastante a los panteones funerarios que se construyen en los cementerios.

            Cabe destacar la presencia de un bosque de cipreses en el centro de la isla. El ciprés es un árbol de gran significado en el tránsito del Más Allá. Su gran altura simboliza la conexión "cielo y tierra". Además al tratarse de un árbol de hoja perenne que siempre permanece verde, lo cual evoca la eternidad de la propia alma. De igual forma en la vegetación que aparece en la isla, podemos encontrar la presencia de la flor de la lila, otro símbolo funerario. 

 

            Una panorámica misteriosa, tétrica y magistral que el maestro Böcklin llevó a cabo. Curiosamente, parece ser que ni el extraño personaje del sudario, ni lo que parece ser un ataúd colocado en la parte delantera de la embarcación, se encontraban en la composición primigenia elaborada por el pintor. Este se decidió a añadirlas, tras la visita de una misteriosa dama al estudio del artista, la cual quedó impresionada por la obra y le encargó al pintor una obra de igual temática (Segunda versión), a la que debía incorporar la tétrica figura del sudario y el ataúd, a modo de homenaje de su difunto marido. Según cuentan, parece que a Böcklin le entusiasmó tanto la idea que decidió añadirlas a la primera versión de 1880. Otra versión nos habla de que fue la primera obra de la serie la que encargó esta mujer (Marie Berna) y, que Böcklin la abandonó dejándola inacabada e inició la segunda versión, (para volver finalmente a retomar el trabajo de la primera versión de la obra terminando el lienzo).

 

            - El autor no tituló a esta obra "La Isla de los Muertos"; fue el marchante de arte Fritz Gurlitt, quien le dio esta denominación.

            - Según parece, el pintor se inspiró en el Cementerio de los Ingleses ubicado en Florencia, donde muy cerca de este lugar se encontraba su estudio. Además en este cementerio se encontraba enterrada la hija pequeña de Böcklin.

            - Este cuadro cuya panorámica se encuentra sumergida en el misterio, ha sido objeto de deseo y obsesión de muchos, entre ellos algunos personajes conocidos de la historia. Tal es que ilustres personalidades como Lenin, Sigmund Freud o Clemenceau (médico y Primer ministro de Francia), tenían una copia de alguna de las obras en sus despachos.

            - Por otro lado, Adolf Hitler, aficionado pintor y seguidor de las obras de arte envueltas en el halo de misterio, estaba obsesionado con la obra y la persiguió hasta hacerse con una de las versiones del lienzo ejecutada por Böcklin.

            - Esta obra de Böcklin, ha tenido gran influencia en diferentes ámbitos. Por ejemplo en el mundo de la pintura el pintor helvético H. R. Giger, pintó un óleo similar al que tituló "Böcklin". O el propio pintor español Salvador Dalí, el cual realizó algunos estudios exhaustivos de esta obra.

            - De igual manera en el ámbito musical, Rajmániniv compuso un poema sinfónico donde una de sus partes está basada en el óleo de Böcklin; El Compositor Max Reger tiene elaboró una obra inspirada en esta obra.

            - En el mundo del cine también le hace un algún que otro guiño a la obra de este genial pintor, por ejemplo en el film de Dead Silence (2007) (minuto 49 de la película), el personaje protagonista llega hasta un lugar de gran parecido a la panorámica creada por Böcklin.